UN POCO DE MI…

Si hago una retrospectiva de mi vida, observando cómo ha sido mi camino
hasta el momento actual, tengo muy claro que siempre he tenido una constante en mi vida y ha sido “la ayuda”.

En mis años adolescentes quería (propio de esa etapa) hacer algo grande en el mundo, conquistar, descubrir, investigar algo que nadie hubiese hecho antes.

Con el paso de los años, ya en mi madurez, la sabiduría de la vida, me detuvo por un tiempo para llevarme a mí misma. Un duro y oscuro camino de soledad, en donde las sombras y las luces me acompañaron de forma incansable.

Mi vida en mí y para mí, me hizo descubrir que esa ayuda- que en un principio quería manifestar en el mundo y que de alguna manera realicé en mis etapas de “cuidadora”- tan sólo era una ficción, una tapadera de una de las verdades universales del ser humano: sólo se puede ayudar a los demás, cuando te has ayudado a ti mismo; sólo puedes conocer y cuidar de los otros, cuando ya lo hayas hecho contigo mismo antes”

Y de esa fusión nació otra unión en mi vida, la Psicología y el Arte (en forma de teatro), pues si la Psicología me ha enseñado la teoría de la vida, el Arte Dramático me ha enseñado su práctica. Y es así, como he llegado hasta mi momento actual de la mano de dos disciplinas que en su unión, forman un tándem perfecto en la escuela de la vida.